Siempre ha sido el noveno pero para muchos resulta el primero porque es ahora cuando empieza todo. Septiembre sabe a un helado de cono que te sorprende con el chocolate que alberga el final del cucurucho. Huele a libros nuevos, a un bote de acuarela recién abierto y lápices de colores. Tiene las vistas del cielo raso, ese azul intenso que augura el cambio de estación para dar paso al otoño y con él a los colores de las hojas secas. Suena a rock & roll con las ventanillas bajadas y el volumen a tope. Septiembre tiene el tacto de las últimas olas de la orilla sobre los pies que se alejan y mezclan con las primeras lluvias al caer sobre la piel.
Septiembre es un mes de cambios, de retos y sueños por cumplir. Es sinónimo de inicio e incertidumbre con la imagen de un horizonte que está por dibujar, pero que pinta bonito. Quizás no se trate de septiembre, ni de su olor, su sabor o su tacto, sino de lo que representan las nuevas etapas, los grandes cambios. Sin embargo, es agradable sentir que este mes sopla fuerte y que huele a pinos y a pan de pueblo recién hecho al despertar. Es bonito saber que “estás en el camino correcto cuando pierdes el interés por mirar atrás… “
S.
En el camino aprendí,
que llegar alto no es crecer,
que mirar no siempre es ver
ni que escuchar es oír
ni lamentarse sentir
ni acostumbrarse, querer...
En el camino aprendí
que estar solo no es soledad,
que cobardía no es paz
ni ser feliz, sonreír
y que peor que mentir
es silenciar la verdad.
En el camino aprendí
que puede un sueño de amor,
abrirse como una flor
y como esa flor morir,
pero en su breve existir,
fue todo aroma y color.
En el camino aprendí,
que ignorancia no es no saber,
ignorante es ese ser
cuya arrogancia más vil,
es de bruto presumir
y no querer aprender.
En el camino aprendí
que la humildad no es sumisión,
la humildad es ese don
que se suele confundir.
No es lo mismo ser servil
que ser un buen servidor.
En el camino aprendí,
que la ternura no es doblez,
ni vulgar la sencillez
ni lo solemne verdad,
vi al poderoso mortal
y a idiotas con altivez.
En el camino aprendí
que es mala la caridad
del ser humano que da
esperando recibir,
pues no hay defecto más ruin
que presumir de bondad.
En el camino aprendí,
que en cuestión de conocer,
de razonar y saber,
es importante, entendí,
mucho más que lo que vi
lo que me queda por ver...
- Rafael Amor
Imagen
Septiembre es un mes de cambios, de retos y sueños por cumplir. Es sinónimo de inicio e incertidumbre con la imagen de un horizonte que está por dibujar, pero que pinta bonito. Quizás no se trate de septiembre, ni de su olor, su sabor o su tacto, sino de lo que representan las nuevas etapas, los grandes cambios. Sin embargo, es agradable sentir que este mes sopla fuerte y que huele a pinos y a pan de pueblo recién hecho al despertar. Es bonito saber que “estás en el camino correcto cuando pierdes el interés por mirar atrás… “
S.
En el camino aprendí,
que llegar alto no es crecer,
que mirar no siempre es ver
ni que escuchar es oír
ni lamentarse sentir
ni acostumbrarse, querer...
En el camino aprendí
que estar solo no es soledad,
que cobardía no es paz
ni ser feliz, sonreír
y que peor que mentir
es silenciar la verdad.
En el camino aprendí
que puede un sueño de amor,
abrirse como una flor
y como esa flor morir,
pero en su breve existir,
fue todo aroma y color.
En el camino aprendí,
que ignorancia no es no saber,
ignorante es ese ser
cuya arrogancia más vil,
es de bruto presumir
y no querer aprender.
En el camino aprendí
que la humildad no es sumisión,
la humildad es ese don
que se suele confundir.
No es lo mismo ser servil
que ser un buen servidor.
En el camino aprendí,
que la ternura no es doblez,
ni vulgar la sencillez
ni lo solemne verdad,
vi al poderoso mortal
y a idiotas con altivez.
En el camino aprendí
que es mala la caridad
del ser humano que da
esperando recibir,
pues no hay defecto más ruin
que presumir de bondad.
En el camino aprendí,
que en cuestión de conocer,
de razonar y saber,
es importante, entendí,
mucho más que lo que vi
lo que me queda por ver...
- Rafael Amor
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