En los entresijos de mi frente tú te escondes, yo me trenzo, llueve. Se pierden los surcos, se encuentran pestañas, despiertas, descentras, te clavas. Cortinas de agua que inundan las pieles, miradas que encharcan, escurren los dedos, la piel empapada, yo desnuda, tú; el espejo. Pies descalzos ya no duelen, caminan fríos, corren, bailan, huyen, viajan, saltan lejos. Arañar el aire, sin uñas, ajenos, retales, muecas, trazos, lienzos. Relojes sin arena, vivir con tiempo, soñar despierta. Caminos de espirales, la constelación de tus pecas. Los colores de la piel no existen, todo es carne, somos huella. La tuya en mi cuello, la mía en ti… ajena. Sin tú saberlo, yo me trenzo, tú me (des)centras.
S.
S.