El amor es lo más grande, es lo que mueve el mundo y lo detiene al mismo tiempo. Porque cuando estás enamorado, eres capaz de todo. Es como un salto al vacío sin paracaídas ni red. Es vértigo, son nervios, es locura, es lo contrario al miedo, es felicidad.
¿Alguna vez has corrido y tomado impulso para tirarte desde lo más alto de un peñón al mar?
¿Alguna vez has corrido y tomado impulso para tirarte desde lo más alto de un peñón al mar?
Pues el amor es justo ese instante en el que tus pies se desprenden del suelo, tu vista fija su atención en el fondo del agua clara que se une y mezcla con el azul del cielo en el horizonte, y tu sentido de alerta se activa al mismo tiempo en el que tu adrenalina te extasía y nubla, el miedo y la sobredosis te ensordecen, y tú solamente puedes sonreír. Y al caer, aunque te hayas pegado el planchazo más doloroso de tu vida, sólo quieres repetir. Porque el amor es lo que tiene, que es adictivo, y todos, como ovejas simples de un rebaño que vuelve por el mismo camino, queremos volver a sentir el torbellino que nos arrastra hacia el fondo para después subir a la superficie sin apenas oxígeno y tomar una bocanada fuerte y poderosa con la que poder seguir respirando y vivir.
La vida no está hecha para los salvavidas, la vida está hecha para encontrar los peñones más altos y atrever a tirarse desde ellos sin mirar, y los planchazos, para perfeccionar la técnica.
S.
Fotografía:
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