Hoy te he vuelto a ver, hoy nos hemos cruzado después de tanto tiempo. Creía estar preparada para este momento... Ingenua de mí... Estabas tan cerca y a la vez tan lejos... Quería gritarte, pero el silencio me atrapa, me amordaza, me aprisiona, me arrastra y me despoja. La lentitud de los días, mis recuerdos, tu ausencia… Siento que todo perece. Es la flaqueza la que me amarra y escupe al abismo. Pero al llegar la noche, la tiniebla y el negro todo lo cubren. Es la ausencia de luz lo que acaba con el aire, envasándome en recuerdos. Siento el frío que me desvela y se me clava en la garganta, aniquila mis sentidos y los desorienta bajo esta tormenta de arena a la que tú, un día, me arrojaste en este tu desierto.
Y yo, intento pegarme la piel a lametones y curar mis heridas al viento, pero no es la tez lo que se me desgarra, es el alma que ya ni encuentro. Y mientras te veo pasar de largo, hoy después de tanto tiempo, tú sonríes y yo aún muero. Quisiera decirte, gritarte y reprocharte tantas cosas... la rabia me nubla. Sueño con volver a despertar y que los sabores regresen a mi boca, desde aquel portazo tuyo, esto es todo amargo. Acabo de perderte, no sé dónde estás, te busco ansiosa... Ya no sé si eras tú o la vista que me traiciona. Un bucle de sentimientos me tambalea y lanza al vacío con fuerza, pero ya no tengo miedo a la caída, porque fue tu huida la que me dejó vacía, y ya ni muero ni siento.
S.
Y yo, intento pegarme la piel a lametones y curar mis heridas al viento, pero no es la tez lo que se me desgarra, es el alma que ya ni encuentro. Y mientras te veo pasar de largo, hoy después de tanto tiempo, tú sonríes y yo aún muero. Quisiera decirte, gritarte y reprocharte tantas cosas... la rabia me nubla. Sueño con volver a despertar y que los sabores regresen a mi boca, desde aquel portazo tuyo, esto es todo amargo. Acabo de perderte, no sé dónde estás, te busco ansiosa... Ya no sé si eras tú o la vista que me traiciona. Un bucle de sentimientos me tambalea y lanza al vacío con fuerza, pero ya no tengo miedo a la caída, porque fue tu huida la que me dejó vacía, y ya ni muero ni siento.
S.